Estaba con una situación en la cabeza que no me dejaba tranquila recordando que allá por enero, en el trabajo me habían pedido documentos del negro y míos para hacer un seguro de vida (obligatorio), se frenó cuando expliqué que éramos convivientes pero que no había documento avalatorio (existe ese adjetivo?).
La gente del área de legales entendió todo y siguió el ritmo del expediente.
Al finalizar el trámite del seguro de vida, allá cerca de Abril, alguien del sector me explico el obstáculo, era legal, no había papeles nuestros oficiales y demás.
Esta persona me aconsejó que sería bueno tener un documento que probase la convivencia, como para evitar cualquier inconveniente futuro... bueh.... mi cabeza se fue mas allá y tiñó un sin fin de probables escenarios en los cuales al negro o a mí no nos dejaban o no nos reconocían ciertas cosas por la falta de documentos.
Quedé con eso dándome vueltas, muchas vueltas, mas de 80 revoluciones en dos días y por fin hice algo que jamás haría sin ponerme de acuerdo con la otra parte: saqué un turno en el registro civil mas cercano para solicitar el certificado de convivencia / concubinato.
Recuerdo que pedí turno a principio de mayo, metí una fecha random que resulto ser 12 de ese mismo mes: así como pin pam pum, si el negro dudaba o no quería simplemente lo eliminaba.
Esa noche, al finalizar un plato (y medio) de ravioles le expliqué lo del éxito del trámite del seguro de vida y de las trabas que había tenido.
Le comenté al pasar que quizás ya fuese necesario un papel legal que asegurara nuestra convivencia de mas de 13 años.
Para mi sorpresa lo entendió y me arengó a que sacara urgente un turno en el registro civil, ahí le comente que ya estaba sacado y que sería en aproximadamente 10 días... veía su cara cambiar, lo que imaginé que seria un desastre por imposición terminó siendo una sonrisa amplia con un Dalee, me encanto! 12 de mayo!
Los días pasaban, era un trámite mas
El dia anterior me pintó ir a la peluquería porque si, corte y lavado, un peinadito fácil y al día siguiente, con jean, camisa y campera fuimos a firmar.
Los testigos siempre fueron los mismos dos amigos de siempre G y D, usualmente amistades que siempre estan y sin excepcion también estuvieron presentes ese día.
Lo que comenzaba como algo casual, en mi corazón fue escalando, en la sala de espera del registro mi entusiasmo iba en aumento. Cuando mi nombre salió en pantalla para acercarme al escritorio del agente me emocioné tanto que le saqué una foto al monitor con mi nombre y al escritorio del agente.
Los tres presentes: testigos y el negro me miraban tirandome el aviso de Susanita a la vista!
Si, lo fui. Nunca lo esperé pero la alegría por la firma, por poner algo legal nuestro en conocimiento hizo que estuviese muy feliz, sonriendo y saltando de un lado al otro.
El negro estaba feliz por verme asi, y mas que nada feliz también por ese pedazo de papel notariado que nunca esperamos que nos hiciera tan felices.
Salimos del registro como flamantes concubinos frente a la ley. Nuestros testigos se reían fuerte mientras se iban a tomar el subte para continuar la jornada laboral, negro y yo estábamos extasiados con todo ésto: saltando, festejando, tirando un: novio no, concubinoooo/novia no, mi concubinaaa
Era un jueves cualquiera del 2022, ninguna fecha en especial, solo dos personas firmando un documento y festejando el paso extra que salió de forma mas espontánea, y mas absurda, pero mas llena de amor.
Sin dudas, el gran paso que nunca planeamos.