Yo espío para saber
por donde andas; muy de vez en cuando relojeo como iguana y cogoteo como avestruz.
Y
cuando te veo, me quedo quieta, para que no me descubras.
Cuando estés al Norte, yo andaré por el Sur.
Cuando el sol brille sobre tu espalda, yo me quedaré dándole la cara a la sombra.
Cuando tus labios pronuncien mi nombre yo me encontraré inmersa dentro de un absoluto mutismo .
Cuando necesites de mi presencia, yo estaré a resguardo; con parte de ausente, en algún sagrado escondite transitorio.
Cuando necesites de mi presencia, yo estaré a resguardo; con parte de ausente, en algún sagrado escondite transitorio.
Cuando mis manos
dejen de teclear tendrás que buscarme.
Cuando te canses de andar a la caza, acaso salga de mi guarida para dirigirme a la puerta y será debido a que ya es hora de retirarse, mi querido jefe. Será que me encamino a
casa a reencontrarme con mi computadora libre de bloqueos, con mi cocina llena de olor a dulce y con mi mate lleno de permisos.
No hubo piedra
libre, esta vez no...
No hay comentarios:
Publicar un comentario