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jueves, 19 de julio de 2018

Vacaciones en Auto. Día 3

A veces tuve que filmar de la inmensidad que uno ve al pararse en la base de algunos montes.

Este fue el 3º día, repleto de caminata y aire y acaso, el día menos ocupado en materia excursiones, como de entrenamiento, bien tranquilo.

Mochilas cargadas, termo lleno y mate preparado.

Al salir comenzamos, también en auto, el recorrido del circuito chico de Bariloche, muy lindo pero creo que es mejor hacerlo en bici, nosotros veníamos muertos del viaje de 48 hs finalizado el día anterior y muchas ganas de pedalear no había.

Después de quedarnos sentados en un mirador de poca altura empezamos a vagar. Porque en lo personal, no hay nada mas lindo que vagabundear en vacaciones en el lugar donde estas. El Beto, exitadísimo, no paraba de oler el aire; si, levantaba el hocico y se quedaba estático oliendo hacia arriba y hacia lugares mas lejanos.

Nos metimos a hacer un circuito poco conocido y frecuentado (Circuito de Brazo Tristeza). Entramos por el jardín de un hotel de algún sindicato y tomamos el inicio del camino desde allí; un camino estrecho, lleno de pasto alto, repleto de luces y sombras. Así nos adentramos en el bosque del lugar para ver arrayanes y flores de amancay, escuchar y ver la fauna del lugar y trepar, nada mas que trepar.

 Beto iba delante, marcando el camino. Entre idas y vueltas y escaladas del tipo palestra fuimos descubriendo el brazo de agua que bordeaba todo el bosquecillo.





Descansamos en una saliente rocosa, a gran altura del agua, donde tirábamos piedritas al agua para cronometrar la caída y adivinar la cantidad de metros en la altura en la que estábamos (un poco nerd, ya sé).

Emprendimos el regreso, levantamos y acercamos a su hotel a un par de extranjeros que estaban a pata y con ganas de sentarse.
Media tarde, paramos en una playita olvidada a,l costado de un camino a tirarle pelotas a Beto, tomamos los últimos mates y nos fuimos a las cabañas que nos alojaban.







Bajamos a la playita privada del complejo, armamos una rueda de fogón y nos quedamos mirando como iba bajando el sol. 




Nos hicimos un arroz y todos a dormir, al otro día nos iba a tocar una aventura gigante llamada Frey.


2 comentarios:

  1. Que lindo.. esos lagos, esos caminos.. el sur es simplemente maravilloso… y se ve que lo han disfrutado! Perrito incluido…
    Abrazo, y feliz dia del amigo!

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    1. Muchas gracias Estrellita!
      De verdad que fue disfrutable,cada momento me quedo en la memoria y creo q fue porque no esperaba nada, solo caminar, el perro ayudó mucho a que llegara ese estado, el de ver las pequeñas cosas, y el negro marinovio tbn!
      Gracias por comentar y leerme
      Te mando un beso grande

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